Tenemos numerosos testimonios de la vivencia de la pobreza en nuestro padre Don Bosco y de cómo nos quiso a sus hijos salesianos. En su testamento espiritual leemos:
“Cuando en nuestras comunidades entren la comodidad y el bienestar nuestra Pía Sociedad habrá llegado a su fin”.
Son palabras proféticas que no podemos olvidad y que nos tienen que ayudar a iluminar el tiempo presente. No basta argumentar que son palabras pronunciadas en otros contextos y en otras épocas. Es Don Bosco en estado puro y su preocupación por el futuro de la Congregación que él vio seriamente amenazado.
En la introducción a las primeras Constituciones de nuestra Sociedad, en 1875, Don Bosco escribió:
“Todo lo que excede de lo necesario para comer y vestir, es para nosotros superfluo y contrario a la vocación religiosa. Es cierto que a veces deberemos sufrir algunas privaciones en los viajes, en los trabajos o en tiempo de salud o de enfermedad; que acaso ni el alimento ni la ropa u otras cosas serán de nuestro gusto, pero precisamente en estos casos es cuando debemos recordar que hemos hecho profesión de pobreza y que, si queremos merecer y recibir el premio, es preciso que suframos las consecuencias”.
Volver a Don Bosco es, pues, renovar nuestra opción por vivir un estilo de vida esencial y pobre. Así fue el estilo de vida querido y abrazado por Don Bosco desde su infancia en I Becchi y transmitido después a sus muchachos y a sus salesianos en Valdocco. Son memorables para nosotros las palabras de Mamá Margarita a su hijo recién ordenado sacerdote: “Recuerda siempre esto, Juan, si llegases a ser rico no volvería a poner los pies en tu casa”. Madre e hijo vivirán en Valdocco años maravillosos de austeridad y solidaridad contagiosa por el bien de los jóvenes más necesitados. Esencialidad de la vida y solidaridad con los pobres son las dos caras de la misma moneda, la de opción por la pobreza evangélica que nos hace bienaventurados según el corazón de Dios.
3 comentarios:
La educación de Mamá Margarita fue práctica para D. Bosco.
En días pasados, un misionero salesiano, informaba en el telediario nacional, sobre la situación en Costa de Marfil. Viviendo en primera línea la pobreza salesiana, ellos ayudan a "romper la aurora de la justicia de Dios" en medio de un pueblo necesitado.
Extraordinaria pedagogía en un mundo tan competitivo como el de hoy. Las riquezas del legado salesiano.
Saludos. Petri.
Hola a todos!!
Mamá Margarita supo educar a D. Bosco en una auténtica pedagogía evangélica: vivir con lo necesario, ser pobre, entre los jóvenes pobres de su tiempo.
En ésa pobreza, descubrimos hoy, la riqueza del legado salesiano.
Mucho ánimo. Petri.
En tiempos de austeridad todos miramos la peseta o el Euro... Me gusta lo que decía Don Bosco y he de decir que los salesianos viven como muchas personas de clase media. Los lujos no van con ellos.
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