Mis queridos amigos:
Un saludo afectuoso a todos los niños, jóvenes, profesores, personal no docente, animadores… de nuestra querida Casa Salesiana del “Colegio dos órfãos do Porto”. Hace tan sólo unos días que me despedí de vosotros y os dirijo ahora estas líneas para expresaros mi gratitud y mi amistad.
Los días transcurridos entre vosotros han sido un regalo de parte de Dios para mí. Me he sentido acogido y en casa, rodeado de afecto y de amabilidad. Gracias, muchas gracias por vuestra cercanía y vuestro cariño. Como Don Bosco decía a sus muchachos, sólo puedo deciros que “me habéis robado el corazón” y que vuestro recuerdo continuará estando presente en mi memoria.
Han sido días intensos en los que he tenido la oportunidad de descubrir una casa salesiana significativa y llena de vida; con un proyecto educativo-pastoral rico y creativo; con una comunidad educativo-pastoral identificada con el carisma salesiano y comprometida en la misión juvenil y popular; una familia salesiana implicada en construir el presente y el futuro de la obra de Don Bosco; una comunidad salesiana ejemplar, testimonio creíble de una vida entregada, sencilla y generosa. Y lo mejor de todo, nuestro mayor tesoro, niños y jóvenes que crecen y maduran en la casa de Don Bosco y descubren en ella que vale la pena comprometerse para llegar a ser, como él quería para sus muchachos, buenos ciudadanos porque buenos cristianos.
Deseo de corazón que nuestra querida casa salesiana de O Porto pueda seguir adelante afrontando el futuro con decisión. Los nuevos retos educativo-pastorales y las dificultades con las que nos encontramos en ocasiones, son oportunidades para seguir creciendo. Estoy seguro que tenemos más futuro que pasado. Y si éste fue glorioso, lo que está por venir apunta hacia un horizonte que nos llena de esperanza. Con confianza, con nuestras mejores fuerzas, sigamos adelante convencidos de que se hace camino al andar. En el sendero, no nos faltarán la luz y la fuerza de Dios que nos sostiene y nos conduce.
Una palabra especial para mis amigos del internado. Gracias infinitas por vuestro afecto. Vuestras firmas en las tarjetas, las palabras de Miguel en nombre de todos y la camiseta que me regalasteis son mucho más que un cumplido. Son signos de afecto y amistad que yo acojo con gratitud. Las “buenas noches” de aquel día no fueron improvisadas ni ocasionales. Las palabras de Don Bosco a sus muchachos en su carta desde Roma cuando estaba lejos de Turín, son significativas para mí: “cerca o lejos siempre pienso en vosotros…”. Es el cariño del padre que tiene nostalgia de sus hijos. Las hago mías una vez más pensando en vosotros y en todos los jóvenes que llevo en mi corazón. ¡Qué Dios os bendiga! María Auxiliadora, la madre de la Casa, os acogerá siempre bajo su manto y os protegerá siempre por los caminos de la vida.
Un abrazo. Vuestro amigo José Miguel Núñez
Un saludo afectuoso a todos los niños, jóvenes, profesores, personal no docente, animadores… de nuestra querida Casa Salesiana del “Colegio dos órfãos do Porto”. Hace tan sólo unos días que me despedí de vosotros y os dirijo ahora estas líneas para expresaros mi gratitud y mi amistad.
Los días transcurridos entre vosotros han sido un regalo de parte de Dios para mí. Me he sentido acogido y en casa, rodeado de afecto y de amabilidad. Gracias, muchas gracias por vuestra cercanía y vuestro cariño. Como Don Bosco decía a sus muchachos, sólo puedo deciros que “me habéis robado el corazón” y que vuestro recuerdo continuará estando presente en mi memoria.
Han sido días intensos en los que he tenido la oportunidad de descubrir una casa salesiana significativa y llena de vida; con un proyecto educativo-pastoral rico y creativo; con una comunidad educativo-pastoral identificada con el carisma salesiano y comprometida en la misión juvenil y popular; una familia salesiana implicada en construir el presente y el futuro de la obra de Don Bosco; una comunidad salesiana ejemplar, testimonio creíble de una vida entregada, sencilla y generosa. Y lo mejor de todo, nuestro mayor tesoro, niños y jóvenes que crecen y maduran en la casa de Don Bosco y descubren en ella que vale la pena comprometerse para llegar a ser, como él quería para sus muchachos, buenos ciudadanos porque buenos cristianos.
Deseo de corazón que nuestra querida casa salesiana de O Porto pueda seguir adelante afrontando el futuro con decisión. Los nuevos retos educativo-pastorales y las dificultades con las que nos encontramos en ocasiones, son oportunidades para seguir creciendo. Estoy seguro que tenemos más futuro que pasado. Y si éste fue glorioso, lo que está por venir apunta hacia un horizonte que nos llena de esperanza. Con confianza, con nuestras mejores fuerzas, sigamos adelante convencidos de que se hace camino al andar. En el sendero, no nos faltarán la luz y la fuerza de Dios que nos sostiene y nos conduce.
Una palabra especial para mis amigos del internado. Gracias infinitas por vuestro afecto. Vuestras firmas en las tarjetas, las palabras de Miguel en nombre de todos y la camiseta que me regalasteis son mucho más que un cumplido. Son signos de afecto y amistad que yo acojo con gratitud. Las “buenas noches” de aquel día no fueron improvisadas ni ocasionales. Las palabras de Don Bosco a sus muchachos en su carta desde Roma cuando estaba lejos de Turín, son significativas para mí: “cerca o lejos siempre pienso en vosotros…”. Es el cariño del padre que tiene nostalgia de sus hijos. Las hago mías una vez más pensando en vosotros y en todos los jóvenes que llevo en mi corazón. ¡Qué Dios os bendiga! María Auxiliadora, la madre de la Casa, os acogerá siempre bajo su manto y os protegerá siempre por los caminos de la vida.
Un abrazo. Vuestro amigo José Miguel Núñez
1 comentario:
¡¡Qué maravilla de visita!! Me dejas con el corazón henchido y lleno de confianza.
La obra de Dios sigue siendo bendecida por Él, eso he percibido en tus palabras de gratitud a esa casa salesiana, como no podía ser de otra forma respiraba a D.Bosco por todo los poros.
Una vez más gracias por compartir lo que recibes y das. Un cordial saludo. Josefa González
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