sábado, 27 de septiembre de 2008

Don Bosco no se equivocó

Mis queridos amigos:

Al mismo tiempo que el Oratorio de Valdocco se desarrollaba con la ampliación de nuevos talleres y la construcción de nuevos edificios, Don Bosco se empleaba a fondo para cuidar el ambiente positivo y pastoral de la casa. A finales de los años cincuenta, comenzó a dar vida a diferentes asociaciones juveniles que fueron pensadas como auténticos movimientos educativo-pastorales destinados a hacer madurar la fe de sus muchachos y a proyectar un ambiente de piedad y de apostolado en todos los niños y jóvenes de la casa.
Don Bosco logró, progresivamente, un importante núcleo de fervor entre sus muchachos que se expresaba, además, en un compromiso de coherencia personal en sus estudios y obligaciones así como en el servicio solidario a los propios compañeros, especialmente a los que más lo necesitaban.

Así, las “compañías” se convirtieron en un instrumento pedagógico, según la concepción de la época y adaptado a las posibilidades de los jóvenes, que ayudó a Don Bosco en el desarrollo de su misión y educó a sus muchachos en la fe y en la caridad.

Tras la aprobación del dogma de la Inmaculada Concepción en diciembre de 1854, surge en el Oratorio la Compañía de la Imaculada. Impulsada por Domingo Savio y acompañada por Don Bosco, como podemos leer en sus estatutos, la compañía fue fundada para “honorar a María” con el compromiso de “cumplir cuidadosamente los deberes de cada día” y “cuidar a los compañeros estimulándolos al bien con palabras y sobre todo con el ejemplo”.

Don Bosco había intuido bien dónde estaban las prioridades pastorales para sus muchachos y los resultados le dieron la razón. Es emocionante leer el acta de la reunión de la constitución de la compañía de la Inmaculada del 9 de junio de 1856 que enumera los nombres de los miembros fundadores:

“Nosotros, Rocchietti Guiseppe, Marcellino Luigi, Bonetti Gioanni, Vaschetti Francesco, Durando Celestino, Momo Giuseppe, Savio Domenico, Bongioanni Giuseppe, Rua Michele, Cagliero Gioanni…”.

¿Os dais cuenta? Si exceptuamos a Domingo Savio que murió al año siguiente y al tal Giuseppe Momo, todos los demás miembros fundadores de la compañía fueron salesianos. Bien podemos decir que constituyeron el germen de la futura Sociedad de San Francisco de Sales. De entre ellos, salesianos de una talla enorme, fieles colaboradores de Don Bosco hasta el final y un joven santo como fruto más precioso de aquellos años prodigiosos de Valdocco.
No, Don Bosco no se equivocó. Supo bien poner la mirada en lo esencial: un ambiente pastoral positivo, fruto de la confianza y el espíritu de familia; una experiencia religiosa que transforma y madura a las personas; una “cultura vocacional” cuidada especialmente a través de los movimientos apostólicos; un acompañamiento, en fin, que permite personalizar la experiencia y orientar el camino hasta situar al chico en la posibilidad de una opción vocacional madura y libre.

Volver a Don Bosco supone redescubrir sus grandes intuiciones educativo-pastorales. Ojalá podamos iluminar nuestra compleja realidad con la misma pasión y creatividad que nuestro padre supo poner en aquellos años, también difíciles, de los inicios oratorianos en Valdocco.

Buena semana.
Vuestro amigo, José Miguel Núñez

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Querido amigo Pepe:
Que bonito te está quedando este nuevo camino y llave hacia Don Bosco.
Camino porque, sin duda alguna estas "Palabrasl al oído" cobran voz y así se irá hacia el encuentro del legado de Don Bosco.
Y llave, porque seguro que, quienes leen tus palabras que, recuerdan casi siempre, algo que hizo Don Bosco, nos invita a entrar en acción y ayudar de alguna forma al estilo de Don Bosco. Mientras existan estas palabras, se abriran puertas a la esperanza.
Un fuerte abrazo querido amigo y seguiremos siempre muy de cerca tus palabras.

José Miguel Núñez dijo...

Gracias, Angel. Espero y deseo que estas sencillas reflexiones puedan ayudarnos a conocer más y mejor a Don Bosco para vivir con la misma "caridad pastoral" con la que él vivió. Saludos cordiales.

Anónimo dijo...

Hola Jóse:
Mira que cerquita te tenemos todos los que te queremos que somos muchos.
Ójala fuera más fácil orientar y educar en la fe a todos nuestros muchachos y muchachas, pero la vida nos la complicamos nosotros mismos y a la vez se la complicamos a todo aquel que está cerca.Deberíamos dar ejemplo y sin embargo nos hemos vuelto cómodos,así que leer esto me reconforta.
Recibe un fuerte abrazo.
Seguiré leyendo todo lo que escribas.

José Miguel Núñez dijo...

Hola Geli!! Que alegría y qué sorpresa contactar contigo! Me alegra que hayas podido acceder a esta página sencilla de reflexión y que pueda compartir también contigo el camino que vamos haciendo. Me he acordado mucho de ti estos días desde Paris... Un abrazo a todos. JM

Unknown dijo...

Te felicito por estos sabrosos comentarios llenos de vida, actualidad y salesianidad. Saludos. Jaime

felipe dijo...

Hola:
Un saludo cariñoso desde Úbeda. Todos necesitamos "palabras al oido" para ir encontrando ánimos y ayuda para estar entre los jovenes.
Un abrazo
Felipe Tudela

Anónimo dijo...

Hola Pepe.
Se agradecen estas palabras que nos sirven de reflexión y meditación. No está mal tu blog...jejeje. Espero que te vaya bien en este inicio de curso.
Un abrazo.

Redacción dijo...

Querido Jose Miguel, desde Pozoblanco te mando mi mas sincero saludo. Haciendo referencia al título de tu reflexión, al igual que "Don Bosco no se equivocó" estoy seguro que tampoco se han equivocado los Salesianos al nombrarte como Regional. Hemos de volver al corazón de Don Bosco tal y como se ha hablado en el Capitulo y que mejor persona que Tú para llevar a cabo esa tarea. Gracias de Corazón y que D. Bosco y la Virgen Auxiliadora te protejan.

Un abrazo
Rafa Villarreal

Anónimo dijo...

Querido Pepe:
Muchas felicidades por tu blog desde la Universidad Pablo de Olavide, que en el pasado fue Universidad Laboral de Sevilla, encomendada a los Salesianos.
En nuestras aulas no podemos crear "Compañías", pero nuestros alumnos siguen necesitados de ese espíritu de cercanía y amabilidad del Oratorio de Valdocco. ¡No veas el bien que hace aprenderse el nombre de los alumnos y ser capaz de llamarlos en clase, personalmente, para que participen u opinen!
Una estrategia que aprendí de los Salesianos...
Un abrazo,
Alvaro.

José Miguel Núñez dijo...

Querido Alvaro: un saludo cordial. Seguro que nada de lo vivido resulta ahora indiferente. En la escuela de Don Bosco aprendiste que la amabilidad engendra afecto y el afecto confianza. ¡Animo con tu tarea educativa en la universidad! Los cristianos en la vida pública son hoy más necesarios que nunca para aportar una palabra de sentido, autenticidad y coherencia en la construcción de una ciudadanía activa, comprometida y responsable como Don Bosco quería. Un abrazo. Pepe

Miguel Rebollo dijo...

Buenos días Pepe:
Que bueno poder volver a leerte y seguir inspirando a miles de nosotros que en determinados momentos nos vemos ciegos en el camino del Señor.
Saludarte y seguir rezando por ti. Así me siento más cerca también de ti.
Tu amigo Miguel

Leonardo dijo...

Hola Pepe! que tal? me alegro muchísimo de encontrarte y de que tus "palabras al oído" usen las nuevas tecnologías en el formato blog. Lo que narras me hace revivir la experiencia diaria que tengo como salesiano y sacerdote en Utrera donde también hay internado. Cuando el ambiente educativo es positivo, se cuida la experiencia religiosa y los salesianos estamos cercanos a los jóvenes, comenzamos a revivir las intuiciones de Don Bosco. Esto es lo que realmente llena nuestra vida y da sentido a nuestra consagración. Me gusta la comprensión que haces de "cultura vocacional" en el cuidado del compromiso apostólico. Cuando hablas de ese primer grupo fundador de la Compañía, al menos yo, me acuerdo del grupo de chavales más cercanos que tengo en Utrera (animadores, internos, alumnos, oratorianos...) y que se identifica con la vida y misión de los salesianos. Ese aprecio ya dice mucho en el contexto social actual y es el primer paso. Al menos es el inicio de la expresión que surge espóntáneamente y que me ocurrió cuando llevaba el otro día al hospital a un chaval que se había cortado en el brazo con un cristal: "el día de mañana me gustaría a mi también ser salesiano". Un abrazo Pepe y seguimos en contacto.Leo
www.oratoriosavio.blogspot.com

Unknown dijo...

hola pepe la vida se hace un poco mas agradable recordando a juan bosco.mis niños dicen que es un ejemplo a seguir pero que cuesta mucho trabajo hoy dia hacer lo mismo que el hizo.un abrazo fuerte.sanlucar